Ya hace un año, en el que mi alma salto al más oscuro abismo de mi mente, lleno de negatividad y penas, olvidándose por completo que el suelo al final llega. Por lo tanto, el impacto contra el suelo, fue tremendo, haciendo que se fracturase en mil pedacitos, desperdigándose por todo el fondo.
Ya hace un año en el que me puse a recomponerme, recogiendo los trozos desperdigados, pero cuando estaba en ello pensé ¿Por qué no hacemos unas mejoras? y solo cogemos las partes que nos interesa.
Ya hace un año … Pero lo veo como si lo hubiese vivido en otra vida, en otra época, como cuando ves una foto tuya antigua, en la que te reconoces, pero dices ¿Seguro que soy y no es mi hermano?, porque ni me conozco, ni me representa, en nada mi vida anterior.
¿cómo en un año solamente, se puede llegar a cambiar tanto?, ¿En un año es posible, ser una persona nueva? Esa pregunta me la he estado haciendo muchas veces estas últimas semanas. En ciertos momentos, tú, decides que hacer con tu vida. En mi caso yo tenía dos opciones, la negatividad (autocomplaciente, y buscando la pena de los demás), o luchar por superarlo y buscar lo bueno a todo, y como siempre he pesado que no hay luz sin oscuridad, y ya en lo más oscuro no se podía estar, pues me puse a buscar la luz.
Sinceramente lo fácil hubiera sido el otro camino, era fácil simple solo tenía que seguir como estaba en ese momento y es lo que mucha gente esperaba que hiciera, pero si me conoces, sabes que me puedo caer al suelo, lo abrazaré (porque estará triste), le daré un beso (para que no lo este) y para arriba de nuevo, porque sé que voy a morir, eso seguro, pero luchando, eso sin dudarlo. El camino que tomé no fue fácil, fue y es una lucha constante, entre, mi alma, mi corazón y mi cabeza.
En mi caso lo que podía hacer era evolucionar. Primero empecé por mi aspecto físico, ojo no es que me avergonzará, nunca me he sentido “gordo” ni excluido, ni rechazado por ese motivo, si es verdad que es más difícil, para encontrar trabajo, amigos o pareja, pero se encuentra, lo hice por mejorar mi salud, pero como todo cambio físico requiere uno mental, también empecé a cambiar mi cabeza, mi forma de pensar y de ver la vida.
Por eso se puede decir, que volví a nacer el siete de septiembre, el día en el que empecé activamente con el gimnasio, ya había hecho otros cambios, pero ese era el importante y el más duro para mi (en ese momento).
Es increíble mirar para atrás, y ver como he evolucionado.
Físicamente he perdido ya 70 kg (en realidad son más, pero esos los puedo demostrar) y por ahora, habiendo pasado de una xxxxxxl (6xl) a una xl (1xl), de no encontrar ropa en C&A en la zona de tallas grande, por excesivamente gordo, a tener que empezar a comprar pantalones en la zona ropa de “Personas normales” y no te haces una idea de la alegría que me dio, poder “elegir un pantalón”, de los 12 modelos distintos que había, porque para mí, hasta ese momento solo había dos modelos, en dos colores y era mucho.
Mentalmente soy otro mundo, la vida la veo de otra manera, siempre la he visto de manera distinta a los demás, pero ahora, me he vuelto más egoísta, primero yo y luego los demás. He tardado en entender que no puedes querer a nadie, si no te quieres y te cuidas a ti mismo, y si quiero cuidar a alguien, primero me tengo que cuidar para no ser una carga. Que la calidad de las relaciones, no se mide en cuanto tiempo pasas, sino en la calidad del tiempo, y a no regalar los cariños a quien no se lo merezca.
No diré que todo en este año ha sido de color de rosas, ni mucho menos, he tenido momentos buenos y no tan buenos, pero siempre he salido, y ya cada vez menos me reconozco y si algo tengo claro que el año que viene, ni me reconoceré en este texto.
Tengo que darle las gracias a mis hermanos y familiares por estar siempre. A mis compañeros de trabajo porque siempre estan pendiente y aguantandome en el día a día. A David porque mi cambio físico se lo debo a él y estaré eternamente agradecido, por tu paciencia, preocupación e interés sincero. A Ceci porque en mi evolución mental sabes que tienes mucho qué ver, y que nunca ni en varias vidas te pagaré todo lo que haces por mí, y que sepas cumpliré mi promesa (y no es una amenaza, es una certeza).
Tengo claro que después de un año, que no hay nada que no pueda superar, y que conseguiré todo lo que me proponga en mi vida. Que, si haces cosas positivas y las haces por ti, al final te convierte en un espejo en donde los que los demás se miran, y acabas influyendo de manera positiva en ellos y no hay nada más gratificante. Te recomiendo que estés a gusto y bien contigo mismo, y todo lo demás vendrá solo.